Conoce los Pueblos Mágicos de Michoacán y tu ¿Cuántos haz visitado?

Color, tradición, exquisita gastronomía y una mezcla única de joyas arquitectónicas y culturales. Todo eso es Michoacán. En particular, Pátzcuaro, Cuitzeo, Tlalpujahua, Santa Clara del Cobre, Angangueo, Jiquilpan, Tacámbaro y Tzintzuntzan son poblados que han sabido conservar su riqueza tangible e intangible y hoy ofrecen un gran atractivo turístico a todo aquel que los visita.

  1. Pátzcuaro

Ubicado al suroeste de Morelia, en la ribera del Lago de Pátzcuaro, este pueblo te encantará con sus escenarios coloniales y ricas tradiciones. Entre sus calles y alrededores de la amplia Plaza Vasco de Quiroga encontrarás casitas blancas de techo de teja e interesantes construcciones como el Antiguo Colegio de San Nicolás y el Templo del Sagrario, que destaca por sus arcos almenados.

No te puedes perder: Comprar artesanías en la Casa de los Once Patios, probar una rica corunda y una “nieve de pasta”, adquirir manteles y servilletas en su mercado, conocer el mural de la Historia de Michoacán pintado por Juan O’Gorman y realizar un recorrido por las siete islas cercanas, de las cuales destaca la de Janitzio. Además, Pátzcuaro cobra vida en las festividades de Día de Muertos cuando todos sus panteones se tornan de los colores del cempasúchil.

  • Cuitzeo

A tan sólo 15 minutos de Morelia, en la ribera del lago Cuitzeo, se ubica este poblado que otorga unas panorámicas únicas a su enorme cuerpo de agua y un ambiente tranquilo en sus plazas y parques, únicamente interrumpido por el sonido de los pájaros. Aquí podrás descubrir el magnífico Templo y ex convento agustino de María Magdalena, iniciado en 1550, con aspecto de fortaleza medieval.

No te puedes perder: El mural del Templo de Santa María Magdalena que fue prohibido durante siglos por referir una religiosidad extrema (muestra a un fraile crucificado), los hermosos paisajes lacustres, el pescado y las ancas de rana del Lago de Cuitzeo y las artesanías en fibras vegetales.

  • Tlalpujahua

Distinguido por elaborar “las esferas más bonitas de México”, Tlalpujahua es una excelente opción para un fin de semana. El poblado conserva su arquitectura típica con calles empedradas y una magnífica oferta de decoraciones navideñas, especialmente esferas de vidrio soplado y artículos de platería. Además, puedes conocer interesantes construcciones coloniales como el Santuario del Carmen, el Templo de Santiago Puxtla y visitar la antigua casa de los hermanos Rayón (insurgentes de la Independencia) y la Mina Dos Estrellas.

No te puedes perder: Comprar esferas navideñas de calidad y a excelentes precios, conocer la capilla sepultada de Nuestra Señora del Carmen y probar la deliciosa barbacoa y los dulces cubiertos. En los alrededores, descubre la presa Brockman y, de noviembre a marzo, observa el magnífico espectáculo natural de la Mariposa Monarca en santuarios cercanos.

  • Santa Clara del Cobre

A 75 km de Morelia se ubica este gran ejemplo de los pueblos artesanales de Michoacán. Santa Clara del Cobre sorprende tanto por ser un pueblo lindo de arquitectura provinciana, como por el golpeteo de sus centenares de talleres dedicados a darle forma a este metal rojizo. En tu visita, podrás conocer el Museo del Cobre, con piezas artesanales de gran valor, la Parroquia de la Inmaculada Concepción y el Templo de Nuestra Señora del Sagrario. También goza los bosques de pinos que lo rodean y el poblado de Zirahuén.

No te puedes perder: Comprar toda clase de arte popular en cobre (verás desde joyería y caballitos tequileros hasta ollas, vasos, charolas y tinas), admirar el quiosco de la plaza principal con techumbre de este metal, visitar el Lago de Zirahuén de aguas verdiazules y comer rico pan tradicional y borrego.

  • Angangueo

Enclavado en el eje volcánico transversal se halla este poblado, famoso por su glorioso pasado minero. Angangueo sobresale por el verdor de sus bosques de coníferas y por las construcciones de techos de teja adornadas con balcones. Pero buena parte de su encanto se debe a que sus alrededores son algunos de los prestigiosos santuarios que año con año elige la mariposa monarca para visitar tierras mexicanas.

No te puedes perder: Conocer la parroquia de San Simón considerada como su “iglesia de los pobres” y el templo de la Concepción, visitar la Casa de Bill y Joyce Parker con muestras fotográficas del apogeo minero, recorrer el Túnel Turístico San Simón de 9.50 metros de profundidad y comer churipo, corundas y uchepos. Y, claramente, en temporada, visitar los santuarios de la mariposa monarca.

  • Jiquilpan

Este poblado entrelaza plazas, templos, jardines y puentes para ofrecer un agradable ambiente provinciano donde podrás visitar la Parroquia de San Francisco de Asís, la Biblioteca Pública Gabino Ortiz con sus murales de José Clemente Orozco, el Parque Juárez y el Bosque Cuauhtémoc, cubierto de jacarandas.

No te puedes perder: La casa natal y museo de Lázaro Cárdenas del Río (quien nació en esta localidad), degustar rico tequila y mezcal, adquirir elaborados rebozos de seda y comer corundas y carnitas de cerdo.

  • Tacámbaro

Este poblado rodeado de paisajes boscosos posee una singular ubicación geográfica que permite percibir distintos ambientes y ecosistemas en un solo lugar; de hecho, su clima es considerado como “uno de los mejores del mundo”. Entre las construcciones más sobresalientes está el Santuario de la Virgen de Fátima, con sus imágenes de vírgenes refugiadas; y de las maravillas naturales que se encuentran a sus afueras destacan la laguna de La Magdalena, el Parque Cerro Hueco, la Cascada de Santa Paula y La Alberca, uno de los tres cráteres volcánicos llenos de agua con los que cuenta el estado.

No te puedes perder: Admirar la réplica del Santo Sepulcro y las cuatro imágenes de las vírgenes refugiadas en el Santuario de la Virgen de Fátima, descansar en La Alberca, tener un día familiar en el Parque Recreativo Cerro Hueco y degustar su exquisita gastronomía (de las mejores del estado), donde son imprescindibles los tacos al vapor y las carnitas de cerdo.

  • Tzintzuntzan

Este poblado ubicado a las orillas del Lago de Pátzcuaro ofrece una magnífica ventana a las costumbres y al origen indígena de Michoacán. Por ello, no dejes de visitar su zona arqueológica, conocida como Las Yácatas, en referencia a sus cinco basamentos piramidales redondeados. Pero en Tzintzuntzan también podrás convivir con el pasado colonial observando su Ex Convento franciscano, el antiguo Convento de Santa Ana, la Capilla abierta de San Camilo y el Templo de Nuestra Señora de la Concepción.

No te puedes perder: Admirar los olivares en el Atrio de los Olivos en el convento franciscano, recorrer el mercado de artesanías (donde encontrarás variedad de colorido arte popular), probar el caldo ahogado y el churipo de pescado y descubrir las singulares yácatas

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