Psic. Maricela Torres Alejandre.
La llegada de un nuevo ser a la familia trae alegría y sentimientos emotivos, las familias sueñan con que sean unos grandes ciudadanos que vayan a la escuela, sean doctores, maestros o abogados, por mencionar algunos, se hace todo lo posible por mandarlos a la primaria, a la secundaria, prepa o bachilleres y después su gran decisión de elegir su profesión, una carrera donde lo haga ser una persona activa y productiva para la sociedad, así como para mejorar su bolsillo, la persona se prepara, hace su mayor esfuerzo para que esto sea posible, después de varios años, varias desveladas, varias exposiciones, y varios exámenes, cumplen el propósito planteado, llena de satisfacción a la familia, en especial a los padres y el egresado no se diga, el traje, el paquete, las fotos, Etc.
Después del baile al día siguiente cuando despiertas y ya no irás a la escuela, que pasa por su cabeza después de los miedos buscar trabajo, mejorar el país y comerse el mundo lleno de ilusiones, de ideas frescas, listas para ser aplicadas a cualquier campo laboral.
Descubre la cruel realidad que no hay campo labor, ausencia de espacios, sólo para unos pocos burócratas serán activos, pero te das cuenta que año tras año y la situación es la misma que no mejora, entramos en decadencia, en pensar y observar que nuestros gobiernos no actúen adecuadamente en este ámbito, donde hace falta personal en hospitales, doctores, enfermeros, intendentes, Etc.
Al igual que en Nocupétaro-Carácuaro el de Maravatío y el de Buenavista Tomatlán, Michoacán, este último arrancado en Junio del 2010 de los pocos datos que conozco, no dudo que haya muchos huetamenses que han buscado su espacio y no se ha podido obtener.
Y tampoco dudo que haya espacios que quizás nuestras gentes nunca ocupen. A menos de ser burócratas, en qué cuestiones ha caído la sociedad civil para subsistir en este mundo, en este país, donde se tiene que ir contra la adversidad y los ideales y donde los sueños queden en eso; en sueños de un egresado.
