La explosión de una camioneta con artefactos explosivos ocurrida el fin de semana en la franja costera de Michoacán responde a un enfrentamiento entre organizaciones delictivas que mantienen presencia en la zona, afirmó el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch.
El funcionario federal descartó que el estallido —en el que dos personas vinculadas al crimen organizado participaron como operadores del vehículo— tenga características de terrorismo, pues se trató de una acción directa entre células rivales y no de un ataque con motivaciones ideológicas.
De acuerdo con los avances entregados por la Fiscalía de Michoacán, la unidad siniestrada habría ingresado desde Colima y se encontraba en movimiento cuando ocurrió la detonación. “No fue un coche bomba colocado en un punto fijo. El vehículo llegó con dos ocupantes, se estacionó y entonces explotó”, explicó durante la conferencia matutina encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum.
La investigación ya se encuentra en manos de la Fiscalía General de la República, que realizará peritajes adicionales para esclarecer la ruta del vehículo y determinar el tipo de explosivos utilizados.
García Harfuch atribuyó el ataque a la confrontación entre facciones que buscan el control de actividades ilícitas en municipios colindantes con Colima, donde operan. El ataque, añadió, tuvo como objetivo a la Policía Comunitaria asentada en la región, la cual mantiene vínculos con uno de los líderes delictivos en disputa. También recordó que no es la primera vez en el año que se recurre al uso de explosivos en esa zona.
Cuestionado sobre la efectividad del Plan Michoacán y los cinturones de seguridad aplicados en el estado, el secretario insistió en que dichas estrategias continúan en marcha. “Cuando damos reportes de los avances no es con triunfalismo de que ya no ocurran hechos violentos. Seguiremos reforzando las acciones hasta que los índices delictivos disminuyan”, sostuvo.
Por su parte, la presidenta Sheinbaum descartó que la explosión tuviera como propósito desafiar al Gobierno federal, al señalar que responde a la dinámica criminal local. García Harfuch complementó que estas rivalidades buscan mantener o ampliar el dominio territorial para actividades como extorsión, narcomenudeo, trasiego de droga y tráfico de armas.
Mientras continúan las diligencias de la FGR —especialmente sobre delitos relacionados con armamento y logística criminal—, autoridades federales y estatales mantienen presencia operativa en Coahuayana y otros puntos de la costa michoacana.
