Tu beso
Juan Miranda Alvarado.
Eran casi las dos de la tarde, soñábamos con unicornios y tu boca tan cerca de mi deseo, tan cerca de mi otoño, yo no quería besarte, pero tenías miel en los labios; mordí tu encanto y nos pertenecimos por un segundo, por un siglo; desde entonces, a mi boca la acechan mariposas, que quieren hurtarse la miel que me dejó tu beso.