Epidemias en nuestra región

Por inicio del siglo pasado (1922), en toda la zona de tierra caliente michoacana fue presa de una peste que diezmó notablemente las poblaciones aldeanas, y se manifestaba por estar sanas las personas y al ir caminando en la calle se desplomaban e inmediatamente se morían, los síntomas se manifestaban con dolor de cabeza agudo, posteriormente se paraliza el cuerpo y rápidamente morían, y fueron tantos los fallecidos que los recogían en dos carretas, como si fuesen basura y los arrojaban a una gran fosa que se construyó a la salida a la ranchería de La Parota en las afueras de Huetamo, allí los apilaban y les prendían fuego, convirtiéndose eso en un espectáculo muy dantesco y digno de una película de terror, porque al incinerarse los cuerpos, éstos se movían grotescamente, unos se sentaban, retorcían o hasta se paraban al contacto del fuego o activar el sistema nervioso y los tendones.

Esta peste dejó en esa época ranchos solos y muy diezmada la población de tierra caliente, y muy pocas personas en la actualidad la recuerdan con profunda tristeza y la asemejan con un jinete galopante del Apocalipsis, con su mensaje de muerte.

Esta epidemia se juntó con otra parecida llamada “meningitis”, que atacó al mismo tiempo y muy pocas se salvaron al padecerla, la cual la transmitía una especie de zancudo, y los síntomas eran: Dolor de cabeza agudo, debilidad extrema y altas temperaturas, ya que se inflamaba la corteza externa del cerebro, ocasionando derrames sanguinos y la muerte.

 Las curas que las personas del lugar implementaron para estas enfermedades fueron a base de regar con creolina toda la casa y también la tomaban en pequeñas dosis.

 En 1918 hubo una epidemia atroz, que también dejó casas solas y ranchos solos al morir su gente y ésta fue de “gripe”, y al tener un miembro de la familia éste fallecía y al volver del sepelio ya era otro miembro de la familia y así hasta acabar con toda la familia, era muy espantoso y triste estas épocas y esta fue también la culpable de diezmar los ejércitos de revolucionarios de Madero.

En la actualidad estamos ante una de las tantas epidemias (influenza porcina) que a lo largo de nuestra existencia nos han acosado y tenemos los medios de información oportunos para dar a conocer las medidas preventivas y correctivas para cada caso que se presente y que en el pasado no se contaba.

En 1972 se propagó la peste de la Encefalitis Equina Venezolana en todo México, muriendo grandes cantidades de caballos, burros y zopilotes así como también una enorme cantidad de ancianos y niños, los pequeños que lograron sobrevivir una mayoría quedó con secuelas cerebrales y están en tratamientos médicos permanentes ya que sufren de convulsiones.

Testimonios del Sr. Job Rojo y Francisco Osorio Pineda.

 

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