Alfredo Ramírez Bedolla y el gobierno estatal no cumplieron su compromiso de comenzar la reparación de la carretera federal Huetamo-San Lucas

El gobernador del estado, Alfredo Ramírez Bedolla, y su equipo de funcionarios han demostrado una vez más su indiferencia hacia las necesidades básicas de las comunidades. El compromiso incumplido de iniciar la reparación de la carretera federal 51 en el tramo que conecta las localidades de Las Carámicuas a El Tamarindo en los municipios de Huetamo y San Lucas es una afrenta directa a la confianza de los ciudadanos.

El 15 de febrero pasado, el mandatario estatal en una visita a Huetamo, anunció la intervención de 12 kilómetros de esta vital vía de comunicación, asegurando que los trabajos comenzarían en la tercera semana de marzo. Sin embargo, hoy, 1 de abril, los habitantes de la región no ven más que promesas vacías mientras observan impotentes la falta de acción por parte de las autoridades.

Acompañado de Rogelio Zarazúa Sánchez, secretario de Comunicaciones y Obras Públicas; Anabet Franco Carrizales, diputada local por el distrito de Huetamo; Ramírez Bedolla se comprometió públicamente a iniciar los trabajos en la tercera semana de marzo, dando así un rayo de esperanza a una comunidad desgastada por años de negligencia federal.

Ramírez Bedolla, adelantó que adicional a esta obra, también se atenderá el tramo de El Tamarindo-Riva Palacio en San Lucas, para complementar la rehabilitación de la carretera federal por su paso por Michoacán.

Es imperativo destacar la relevancia de la carretera federal 51, no solo como una vía de comunicación vital para los terracalentanos de Michoacán y Guerrero, sino también como un vínculo esencial con la capital, Morelia, y el oriente del Estado. Aunque es competencia federal, el Gobierno de Michoacán asumió el compromiso de su reparación utilizando recursos del Fondo de Aportaciones Estatales para la Infraestructura de los Servicios Públicos Municipales (FAEISPUM).

La magnitud de la destrucción en esta carretera no es un secreto para las autoridades estatales, quienes han optado por mirar hacia otro lado en lugar de enfrentar el problema de frente. La falta de acción es una afrenta a la confianza de los ciudadanos y una muestra evidente de la incapacidad del gobierno para cumplir con sus obligaciones más básicas.

En este panorama, los ciudadanos de Huetamo y San Lucas, junto con todos aquellos que dependen de esta vía, se ven una vez más abandonados por aquellos que prometieron representar sus intereses. La falta de transparencia y la incompetencia gubernamental son males que no pueden seguir pasando desapercibidos. Es hora de exigir responsabilidad y acción concreta por parte de nuestras autoridades, antes de que la negligencia nos lleve al punto de no retorno.

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