Hoy 13 de mayo se cumplen 23 años del fallecimiento del sacerdote Tomás Damián Gomezcaña, figura profundamente querida en Huetamo y cuya vida sacerdotal dejó una huella imborrable tanto en lo espiritual como en lo cultural de la región.

Nacido el 21 de diciembre de 1915, el Padre Tomás —conocido cariñosamente como el Padre Tomasito— ingresó al Seminario en diciembre de 1938 y fue ordenado sacerdote el 7 de agosto de 1949. Su vocación pastoral lo llevó a desempeñarse como Vicario en Huetamo de 1950 a 1951, para luego ser formador en el Seminario de Tacámbaro de 1951 a 1953. Posteriormente, fue nombrado párroco de Tiquicheo entre 1954 y 1958, y a partir de enero de 1958 asumió como párroco de Huetamo, responsabilidad que sostuvo hasta junio de 1991. Desde ese año y hasta su fallecimiento en 2001, fue reconocido como Párroco Emérito de la parroquia de San Juan Bautista.
Más allá de su ministerio, el Padre Tomasito fue un pilar en la preservación de las tradiciones locales y mostró un compromiso especial con las comunidades indígenas de la región. Su figura combinó el liderazgo espiritual con un fuerte sentido de paternalismo cultural, promoviendo valores comunitarios y religiosos profundamente arraigados.
Su legado trasciende también en el ámbito artístico. Dotado de gran talento para la pintura, varias de sus obras sacras adornan hasta hoy los altares de templos y capillas de Huetamo y sus alrededores. Asimismo, fue un entusiasta rescatista de piezas arqueológicas, labor que realizó sin límites ni precedentes, convirtiéndose en un referente local en la protección del patrimonio cultural. Esa pasión por el arte y la historia generó un profundo afecto entre los habitantes, quienes lo recuerdan como una figura entrañable y generosa.
Tras su fallecimiento, ocurrido el 13 de mayo de 2001, la Diócesis de Ciudad Altamirano, Guerrero, autorizó que sus restos descansaran a perpetuidad a un costado del templo de San Juan Bautista, gesto que reafirma el cariño y la veneración del pueblo de Huetamo hacia uno de sus más queridos pastores.
Hoy, al cumplirse más de dos décadas de su partida, la comunidad huetamense sigue recordando con respeto y gratitud al Padre Tomás Damián Gomezcaña, cuya vida fue ejemplo de servicio, devoción y amor por su pueblo.