Por el Ing. Florencio Soto Pineda.
Mi Tierra Caliente tiene muchos lugares bellos y admirarlos haciendo deporte en mi época de bonanza en el ciclismo fue maravilloso, me tocó recorrer en una ocasión el viaje de Huetamo al rancho de La Mesa, Guerrero, lugar icónico ya que es el último rancho para subir al Cerro del Campo o de Barrabás, que tiene solo una entrada, y fue el fuerte inexpugnable donde se fortaleció el General Vicente Guerrero y nunca lo pudieron aprehender en este fuerte, la única entrada para subirlo tiene en el camino unas como trincheras que era imposible para los atacantes aprehenderlo y en la cima se tiene una meseta que es cultivable y cuenta con agua también, así que allí vivió toda una población de soldados, campesinos y sus esposas, había casas y actividades variadas propias de una ranchería.
Camino a La Mesa, Guerrero, en un amanecer en La Era, Michoacán. (Foto propia). 
En la entrada a Zirándaro, Guerrero, al fondo el Cerro del Campo. (Foto propia). 
Pasando por la presa de La Calera, Guerrero y el majestuoso Cerro del Campo. (Foto propia). 
Pasando por la presa La Calera, al fondo el Cerro de Barrabás o del Campo. (Foto propia). 
En el rancho de El Chivo rumbo a La Mesa, abasteciendo líquidos. (Foto propia). 
En el rancho de La Mesa, Guerrero, al pie del majestuoso Cerro de Barrabás o del Campo. (Foto propia). 
Al pie del imponente fuerte del General Vicente Guerrero. (Foto propia). 
Casa donde sitiaron al Subteniente retirado Pascual Monje Solís, en La Mesa, Guerrero. (Foto propia). 
Cascada pétrea que es magnífica en tiempos de lluvia, en el camino a La Mesa. (Foto propia).
El viaje en bicicleta inició una madrugada saliendo de Huetamo, con un compañero de ruta de ciclismo que radicaba en La Mesa y nos invita, por lo cual salimos temprano y ya en La Era, nos detuvimos a tomar una postal de la aurora que forma la salida del sol y las nubes, bello espectáculo, después pasamos el puente del Río Balsas, posteriormente cruzamos el magnífico y bello Zirándaro, para proseguir a la presa La Calera que en tiempos anteriores tenía una gran hacienda, tomamos fotos y proseguimos hasta la ranchería El Chivo y de allí a La Mesa un poblado tranquilo en donde vi que en las tejas del caserío tenían cueros de jabalí, de venados y más animalillos propios de la región que los campesinos cazan para comer.
En La Mesa admiramos la imponente montaña del Cerro de Barrabás o del Campo y la gente nos contó historias del lugar y que han encontrado balas redondas de cañón y ocurriendo más cuando hay deslaves en el cerro, destapa objetos enterrados entre ellos las balas de cañón.
Nos contaron la historia del Subteniente Pascual Monje, que fue sitiado en una casa por la policía y soldados, él desde adentro les peleó, el techo de la casa era de teja y con granadas lo destruyeron, ya llegando la noche en un momento dado, él se les escapó aprovechando la oscuridad. Esta persona era toda una leyenda, ya anteriormente lo habían capturado y esposado en una camioneta, se brincó del carro en el puente de Coyuca cayendo en el río crecido y se les escapó ante una nutrida balacera que le propinaron, pero no le pegaron.
Ya de regreso en el camino nos desviamos a ver una cascada que está activa en tiempo de lluvias, pero la subimos para posar para la fotografía, muy hermosas postales.
También pasamos por la presa de La Calera ya que nuestro guía tenía amistad y parentesco con los pescadores del lugar y nos ofrecieron mojarras de su pesca, muy buenas personas y proseguimos el camino de retorno a Huetamo, cansados, pero con mucha satisfacción de este viaje.
En la actualidad me da gusto que más personas se involucren en este magnífico deporte, en donde participan niños y damitas, les deseo muchas rodadas felices.
Con respeto un saludo a la generación de mi época que fuimos a este lugar: Luis Torres, Nabor Bermúdez, El Poli, que es el morenito de Guerrero y el guía que es el güero camiseta amarilla, delgado que no recuerdo su nombre y muy buena persona.
