Historia ¿para qué?

Es sin duda, la pregunta que compone el título de este ensayo, la misma que nos hacemos muchos y contestamos pocos. Para nosotras, esta pregunta es sólo el principio de una serie de cuestionamientos necesarios no sólo para definir el concepto de historia, sino para entender su importancia, utilidad y trascendencia. ¿Cómo sería nuestra vida si no existiera la historia? todos sabemos que existe un pasado, pero ¿qué pasaría si sólo siguiéramos andando, sin pensar en lo ocurrido? ¿podría la humanidad aprender de sus errores si los relatos del pasado no fueran tomados en cuenta?.

La historia no es para nosotras una ciencia ni una disciplina académica; es una guía que nos lleva a todos por un camino y nos remonta a épocas que contienen todo tipo de recuerdos. Es la que nos muestra el pasado y nos alienta hacia un mejor porvenir, donde podemos caminar sin tropezar con los errores del pasado, ya que es la historia una fiel amiga que nos recuerda y nos instruye.

Es fiel porque dura para siempre y amiga porque nos enseña y nos facilita la clave para comprender el presente. Sabemos que para muchos puede ser enemiga, pero esto es sólo porque la historia la hace quien la escribe y la recuerda quien la lee. Si dicha persona se limita y politiza, la historia resulta manipulada, oculta y deformada. Es por esto que la historia debe ser vista como una aliada, ya que debemos conocer el pasado para apreciar el presente.

A todos nos gusta saber de los que nos trajeron hasta aquí; nos encanta escuchar relatos y reafirmar con éstos nuestra identidad como pueblo y como personas. La neutralidad ideológica no se da en cuestiones de historia. Algunos prefieren coleccionar hechos ejemplares, mientras que otros muchos deciden guardar sólo la parte triste del pasado.

Sin embargo y pese a esto, creemos firmemente en los beneficios que tiene el conocer el pasado y la evolución de nuestra especie y consideramos que siendo seguidores de la historia estaremos listos todos para afrontar y resolver problemas, sabiendo que hay muchos tipos de dificultades que se pueden presentar, pero existieron ya muchos valientes que supieron cómo triunfar pese a ellas, confiando siempre en que después de la tormenta llegará la calma, sólo es cuestión de esperar.

Chastre A. Encinas, Ivette García Román y Sofía González.

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