LAURA
Hoy la tarde es crepuscular; de tanta lluvia y yo releyendo tus cartas de amor; cartas viejas, amarillentas, donde me hablas de tus sueños: Ser mi esposa el sueño más dulce, envejecer conmigo el sueño más tierno… sin embargo, después de más de veinte años; no estás a mi lado, mucho menos eres mi esposa y la soledad duele tanto con la lluvia, que sólo tus cartas son mi salvación.
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