Vejez
Juan Miranda Alvarado
A mis sesenta y tantos años, dormito a todas horas, mis sueños se multiplican, soy un vagabundo de mis recuerdos, es cierto, a nadie le importo y me resigno, así es la vida; la vejez es soledad y nada más que soledad.
Vejez
Juan Miranda Alvarado
A mis sesenta y tantos años, dormito a todas horas, mis sueños se multiplican, soy un vagabundo de mis recuerdos, es cierto, a nadie le importo y me resigno, así es la vida; la vejez es soledad y nada más que soledad.