Habla un Gato Solitario

Cerro de Dolores

Juan Miranda Alvarado.

Hoy viernes me obsesioné con llenar mis ojos del Cerro de Dolores. Salí de madrugada de Texcoco, llegue a Huetamo a las once de la mañana y mis ojos encontraron al Cerro de Dolores, tallándose la espalda con jabón de nubes, era seductora la imagen, ¡cuánta belleza!… ya por la tarde, cuando regresaba a mi tierra, me despedí del gigante cerro y lo vi tan diáfano con su pelaje verde; como un príncipe purépecha, presumiendo su estirpe.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Contenido Protegido