Habla un gato solitario

Ternurita

 

Se llama Ternurita, le escribo poemas a todas horas, le compro muchos bombones y le regalo flores de San Nicolás, nomás porque es bella, muy bella; ella juega conmigo, se ríe de mi nariz chueca y mis ojos de nanche, soy su payaso de planta y yo tan adicto a desear su boca de ciruela, a saborearme sus muslos de azúcar… ella me ilusiona, me promete sus encantos para el mes de agosto, en tanto me entretiene dándome besitos de pajarito y acariciándome mis orejas peludas, pero bien que sé, que Ternurita no me quiere, porque ella es como una jugosa sandia y yo ni a pinzán llego y así se me va la vida; soñando con la mujer que nunca se bañará en mis ganas.

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