Habla un Gato Solitario

Hotel París

Juan Miranda Alvarado.

Llegué a León, eran las diez de la noche, el frío de diciembre era feroz, busqué un hotel en el centro de la ciudad, el primero que vi se llamaba “Río de Janeiro”, no me gustó el nombre, pero cuando vi “Hotel París” decidí entrar, me dieron la habitación 211, subí y vi a una mujer joven, metida en una amplia bata negra, la saludé y ella me invitó “estoy en la habitación 217, ven conmigo” entré a su habitación que más bien parecía una cocina,

todo era tan misterioso, ella me enseñó un libro enorme, con cientos de posiciones de hacer el amor “escoge la que te guste” me fui sobre ella para quitarle la bata negra y descubrí un cuerpo esquelético y arrugado; un cuerpo de 90 años con una cara de 20 años, ella se enfureció, tomó un cuchillo de sus trastes y fue tras de mi, salí corriendo del hotel, iba asustado, me eché a caminar sin rumbo en plena madrugada, quería alejarme de León y olvidarme del Hotel París, por muy elegante que éste fuera.

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