Alejandra
Juan Miranda Alvarado
Hace años los noticieros hablaban de ti, decían que dirigías la lucha sindical de las azafatas y desde entonces te empecé a soñar; con tu sonrisa etérea, con tu mirada de pajarita triste… ahora envidio a la ciudad de México, porque acaricias su vientre de historia, con tu ternura de ondina y la besas
con tus labios de dulcísimos chabacanos… es preciso sembrar tulipanes rojos en la Avenida Reforma, en la avenida de la melancolía, porque ahí te estaré esperando en todos los tiempos, para entregarte dieciséis cartas de amor, que te escribí, con una astilla que le hurte a la luna de noviembre.
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