Habla un Gato Solitario

El vendedor de fe

Juan Miranda Alvarado.

 

Estábamos en el séptimo piso de un edificio de la ciudad de México, nos exhibían un documental, donde nos ilustraban cómo ganar mucho dinero en un cortísimo tiempo, era muy sencillo, vendiendo enciclopedias Grolier, pero no fue así, pasó un mes y ni una sola venta, pasaron dos y nada y el hambre que aniquila y la miseria que humilla… ya no aguante más y le anuncié mi retirada a Fausto;

mi compañero de ventas, él me dijo: “Aguanta negro, esto es así, hay que tener mucha fe, no hay que darse por vencido, mírame; mis zapatos boleados pero rotos, mi camisa planchada y rota también, mi vida está rota, menos mi fe; mi fe por vender una sola enciclopedia está intacta y sé que lo lograré…”. Mire a Fausto, sus palabras me conmovieron, le di mis catálogos de ventas y le dije “te deseo que vendas muchas enciclopedias, pero yo prefiero irme…”. Nunca más supe de Fausto, pero en los momentos más difíciles de mi vida, siempre me acuerdo de él.

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