Detenidos dos hermanos que estrangularon y después calcinaron con gasolina a su compañero de parranda

La Policía Ministerial logró el esclarecimiento del homicidio en agravio de un cortador de limón que fue estrangulado y posteriormente calcinado para evitar su identificación. Del caso hay dos detenidos, quienes se encuentran plenamente confesos del crimen.

Los presuntos responsables fueron identificados como Iván y Julio César Hernández Ochoa, ambos gemelos 27 años de edad, quienes se encuentran relacionados en la averiguación previa penal número 02/210-AEH por el delito de homicidio, en agravio de José Villa Orozco, de 40 años de edad, registrado el día 3 de enero pasado.

En relación a los hechos, los hermanos Hernández Ochoa manifestaron que el crimen lo cometieron bajo los efectos de las bebidas embriagantes que habían consumido en compañía del ahora occiso, a quien según responsabilizaban de una violación sexual que había sufrido su madre cinco años atrás.

De acuerdo con la versión de Julio César, el día tres de enero se encontró casualmente con José Villa, en un bar de la población de “La Huina”, del municipio de Apatzingán, donde ambos decidieron reunirse para tomar bebidas embriagantes.

Dos hermanos gemelos, Iván y Julio César Hernández Ochoa, dieron muerte a un sujeto quemando su cuerpo por motivos de venganza, después de haber ingerido bebidas embriagantes, habiendo esclarecido la policía este crimen después de ardua investigación.
Dos hermanos gemelos, Iván y Julio César Hernández Ochoa, dieron muerte a un sujeto quemando su cuerpo por motivos de venganza, después de haber ingerido bebidas embriagantes, habiendo esclarecido la policía este crimen después de ardua investigación.

Posteriormente se dirigieron a una tienda para comprar cerveza y en ese lugar se les unió Iván Hernández Ochoa para continuar la parranda. Sin embargo, ya bajo los efectos de la ebriedad, deciden dar muerte a su acompañante como venganza por la supuesta violación de su madre. Para ello invitan a José Villa para los acompañe a la ciudad de Apatzingán, a bordo de una camioneta propiedad de los presuntos homicidas.

Tras internarse a la brecha que conduce a la comunidad de San Juan de los Plátanos, los hermanos Hernández Ochoa le reclamaron a José los sucesos de cinco años antes y después Iván lo sujetó por detrás, en tanto que su gemelo le dio de golpes en las costillas y enseguida le provocó la muerte por estrangulamiento.

Para asegurarse de que lo habían privado de la vida, le arrojaron una piedra sobre la cabeza y acto seguido rociaron con gasolina el cadáver para prenderle fuego.

Una vez consumado el asesinato, los hermanos Hernández Ochoa se dirigieron a sus respectivos domicilios para continuar con sus actividades habituales, como si nada hubiera pasado y evitar posibles sospechas en su contra. Sin embargo, gracias a las investigaciones desarrolladas por la Policía Ministerial, fue posible el esclarecimiento del homicidio y la captura de los presuntos responsables del crimen.

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