Delirios de un soñador

Por: El Dr. Andrés Corona Sánchez.

Yo no me quiero enfermar

En ocasiones y por causas diversas los seres humanos descuidamos el don más preciado en la vida, la salud, y sólo empezamos a preocuparnos por ella cuando aparece la primera enfermedad, la cual muchas de las veces es la manifestación de un padecimiento que irremediablemente nos va a llevar a la tumba. Esto viene a colación porque hace días leí al Dr. Drazio Varela, quien en uno de sus escritos dice que si no te quieres enfermar hagas lo siguiente:

1.- Habla de tus sentimientos, pues las emociones y los sentimientos que son escondidos, reprimidos, terminan siempre en enfermedades, y nos da algunos ejemplos como la gastritis, úlcera, dolores lumbares, de columna; y la verdad es que con el tiempo y la represión de los sentimientos se puede degenerar hasta el cáncer. Entonces debemos sincerarnos, a compartir nuestra intimidad, a veces hasta nuestros secretos y nuestros errores, porque el diálogo, el hablar, la palabra es el remedio más poderoso y una excelente terapia.

2.- Tomar decisiones, porque la persona indecisa permanece con duda, con ansiedad, con angustia, acumula problemas, preocupaciones, agresiones y siempre son víctimas de dolencias nerviosas, gástricas y con problemas en la piel. Para que una persona pueda decidirse es preciso que sapa renunciar, que sepa perder ventajas y valores, para ganar otros que le darán satisfacción a su vida.

3.- Buscar soluciones, en este rubro entran las personas vengativas, que con su actitud no consiguen soluciones y sólo aumentan los problemas, pues prefieren la lamentación, la murmuración y el pesimismo y no quieren darse cuenta que es más fácil encender un fósforo que lamentar la oscuridad. Comenta que muchos somos los que pensamos, y el pensamiento cuando es negativo genera energía negativa que en nuestro organismo se transforma en enfermedad.

4.- No vivir de apariencias, porque quien esconde la realidad sólo finge, hace poses y quiere siempre dar la impresión de estar bien, de mostrarse perfecto y no se da cuenta que sólo está acumulando toneladas de peso, como una estatua de bronce pero con los pies de barro. Nada peor para la salud que un ser humano viva de apariencias y fachadas, porque son personas como dicen por ahí, “de mucho barniz y poca raíz” y su destino inminente es la farmacia, el hospital y el dolor del alma.

5.- Aceptarnos como somos, porque al rechazarnos nosotros mismos destruimos nuestra autoestima y nos hace seres humanos que nos valoremos ajenos a nosotros mismos. Quienes no se aceptan así mismos, son envidiosos, celosos, imitadores, competitivos, destructivos; son personas que no aceptan que ser uno mismo es en núcleo de la vida saludable, es aceptarse, aceptar ser aceptado, aceptar las críticas, es sabiduría, buen sentido y una terapia saludable.

6.- Confianza, sin confianza no hay relacionamiento, por eso el ser humano que no confía, no se comunica, no se abre, no se relaciona, es aquel que no crea relaciones estables, profundas, y se caracteriza porque no sabe hacer amistades verdaderas. La desconfianza es la falta de fe en uno mismo, en los otros y en Dios.

7.- Evitemos la tristeza, tratemos de estar siempre de buen humor, pues la risa y la alegría hace que se recupere la salud y se alargue la vida; las personas alegres tienen el don de alegrar cualquier ambiente donde se presenten. El buen humor nos salva de las manos de los doctores (sobre todo de los “chafas”), porque es una terapia que nos da salud y alegría.

¿Ustedes qué opinan?.

[ad#468×60-1]

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

error: Contenido Protegido