Cuando de mujeres hables

Por: El Dr. Andrés Corona Sánchez.

  • “Cuídate cuando haces llorar a una mujer, pues Dios cuenta cada una de sus lágrimas”. El Talmud.

En este mes, festejaron el Día Internacional de la Mujer, se realizaron muchos eventos a favor de ellas, y cabe aquí un cuestionamiento, realmente fueron realizados para festejarlas a ellas o fue como siempre, un simulacro politiquesco lleno de discursos falsos con la sola intención de aparecer en la foto haciéndoles creer que se les está dando el lugar que nunca han tenido.

Vergonzosos son en verdad, esos actos llenos de lisonjas y verdades mentirosas, porque muchas de ellas continúan en casa siendo la mujer sumisa, la madre, la hermana, la esposa, la amante, la amiga, la compañera, la chacha, el chofer, la psicóloga, el médico, la maestra, la secretaria y la enfermera, sin gozar todavía de ninguno de los beneficios de la tan trillada cantaleta de “equidad de género”.

Hace muchísimos años se plasmó en el “Talmud”, que “La mujer fue hecha de la costilla del hombre, no de los pies para ser pisada (y se sigue pisoteando), ni de la cabeza para ser superior (aunque algunas no se aguantan); pero sí de su lado para ser igual, debajo del brazo para ser protegida (pero ya no se dejan) y del lado del corazón para ser amada”; pero qué cosa es la que hemos hecho los hombres: Asediarla, abusarla, explotarla, ignorarla y maltratarla.

Qué ingratos hemos sido, porque olvidamos (o al menos eso queremos aparentar), que de sus vientres nacimos, que de sus pechos sus néctares bebimos, que con sus cuidados crecimos, que con sus consejos nos formamos, que con sus caricias vibramos y con sus apoyos triunfamos; por eso cuánta razón tiene Martín Urieta cuando apasionado les canta a las “Mujeres Divinas”, cuando les regala un “Collar de Perlas” y les susurra al oído que “Urge” tenerlas a su lado, aunque le pongan un “Moño Negro a su Guitarra”.

Cuánta razón hubo en las palabras de Adriana Iretzi, cuando en el día de la mujer, emocionada declamó un hermoso pensamiento de Rosa María Roffiel, y que aquí transcribo para todas las “Mujeres Divinas” que me “Urge” conocer, para darle “Paso a la Reina” y nunca tengan un “Collar de Perlas” por mi culpa; para ustedes hermosísimas mujeres con todos mis respetos.

Una vez quise ser hombre, para casarme con mi hermana,

que ya lleva tres divorcios,

para amar a mis amigas

que en cada relación, mueren un poco.

Quise ser hombre para fecundar sus vientres,

no de hijos, sino de poesía, vino tinto,

relojes parados, unicornios azules.

Para decirle a Josefina

cuánto admiro su forma de entregarse,

para escribir a Rosy

esas cartas que nunca le llegan.

Llamar por teléfono a Pilar

que espera tantas tardes,

llenar de caricias prolongadas;

el espacio de Beatriz que vive sola

y le tiene miedo a los temblores.

Quise ser hombre para amarlas a todas

y no sentir más el frío de sus lágrimas en mi playera,

ni mirarlas apagarse,

ni presenciar sus funerales

en sus ataúdes de treinta años.

Quise ser hombre, para invitarlas a volar el periférico,

a bailar descalzas porque el América le ganó al Guadalajara,

para llevarlas del brazo hasta la cama

donde no tengan que fingir orgasmos.

Pero soy mujer,

y aunque puedo compartir con ellas la poesía,

escribirles cartas,

llamarlas por teléfono, llenarlas de caricias prolongadas,

volar en el periférico, bailar descalzas,

secar su llanto, tocar su alma.

¡Es cuanto!.

Marzo de 2010.

Un comentario sobre «Cuando de mujeres hables»

  1. Hola,todo lo que ha escrito está muy bien, muy pocos son aquellos quienes se atreven a escribir la verdad, muy pocos… Yo llegue a esta página gracias al poema de Rosamaría Roffiel, que alguna vez leí y me encantó, y hoy lo busqué para transcribirlo en mi face, porque resulta que la mayoría de los hombres no se dan cuenta cuan valiosas somos las mujeres… Gracias por escribir eso… Saludos…

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