La tarde del lunes pasado, iniciaron los tan esperados trabajos de restauración del proyecto la Catedral de San Juan Bautista de Ciudad Altamirano, Guerrero. La ceremonia inaugural fue presidida por Monseñor Joel Ocampo Gorostieta, Obispo de la Diócesis de Ciudad Altamirano, y el Presbítero Abdías Duarte Díaz, párroco de la Catedral. Acompañándolos, se hicieron presentes las autoridades del Centro del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) Guerrero, testimoniando así el compromiso compartido por la preservación de nuestro patrimonio cultural.
Durante este evento, se destacó la urgente necesidad de restaurar la catedral debido a los múltiples daños que había sufrido. Más allá de simples trabajos de restauración, se anunciaron acciones adicionales de protección destinadas a salvaguardar este símbolo de nuestra identidad y legado histórico.
La importancia de esta catedral trasciende las paredes de piedra y las altas torres que la caracterizan. Es, en su esencia, el testimonio vivo de nuestra historia, la raíz de nuestros ancestros y el origen de nuestra comunidad. Como bien expresó el recordado padre Juan Navarro Ramírez, esta iglesia es más que un monumento; es la esencia misma de nuestra “Diócesis más bella del mundo”.
Este templo, ubicado en el corazón de nuestro pueblo San Juan Bautista Pungarabato, fundado por el Venerable Fray Juan Bautista Moya en el siglo XVI, es un testigo silencioso de siglos de historia y fe. Su restauración no solo implica la renovación de sus estructuras físicas, sino también la revitalización de nuestros lazos con el pasado y la afirmación de nuestra identidad como comunidad.
En este contexto, los trabajos de restauración de la Catedral de San Juan Bautista se erigen como un acto de amor y respeto hacia nuestro legado cultural y religioso. Es un llamado a la unidad y al compromiso colectivo por preservar las huellas de nuestros antepasados para las generaciones futuras.
