Abandonada mujer de Huetamo celebrará su cumpleaños 113 en la Catedral de Morelia

Con una misa en la Catedral de Morelia y un desayuno, Vicenta Pineda Santacruz celebrará su cumpleaños 113, nacida en 1897 en la ranchería de Atzímaro del municipio de Huetamo, doña Vicentita no tiene más familia que Efraina, quien tiene 85 años de edad y además de ser su hija es también su enfermera y sostén del hogar.

Por su edad esta mujer centenaria es única, quizá sea la más longeva en todo el país, pero comparte las mismas condiciones de pobreza que enfrentan millones de mexicanos. La venta de dulces, refrescos y otras golosinas es la única fuente de ingresos que tienen madre e hija para sobrevivir.

Vicentita el próximo lunes 19 de julio tendrá a cuestas 113 años de vida pero también cumplirá tres años de que un tumor cancerígeno sea la causa que prácticamente su seno izquierdo haya desaparecido debido al avance de este mal. Por su edad le han dicho los médicos que es imposible operarla por lo que la llaga que apareció en su pecho, después que reventó el tumor, tendrá que estar con ella por el resto de sus días. Arnica, manzanilla, romero y agua es el bálsamo con el que su hija le cura sus molestias, pero las úlceras no ceden a pesar del esmero que tiene Efraina por atenderla.

La solidaridad de los vecinos de la colonia Margaritas y de otras personas que conocen las dificultades en las que viven las únicas integrantes de la familia Pineda Romero son la principal ayuda de la que se valen todos los días para poder subsistir “las abuelitas”, como son conocidas entre quienes se ocupan de ellas. Una muestra adicional de generosidad se da en los días en los que los que también las enfermedades que aquejan a Efraina no le permiten levantarse de la cama y tiene que accionar un timbre que está en su cabecera con el que su vecina se entera que requieren de ayuda.

Pero a pesar del apoyo de los vecinos quienes se mantienen al pendiente de todo es doña Efraina. “Todos los días a las siete de la mañana estoy de pie porque tengo que curarla, cambiarla, peinarla y atender mi changarrito que ando abriendo como a las once porque me entretengo mucho en asearla”, explica la única hija que tuvo Vicentita.

Sin importar cuánto obtiene de ventas en su tiendita, Efraina sabe que todos los días su mamá requiere de gasas, pañales y material de curación, por lo que ella ha buscado desesperadamente la ayuda económica de alguna dependencia gubernamental que hasta la fecha no ha logrado, según explica que lo único que recibe es una despensa al mes del ayuntamiento de Morelia y la visita de un médico el cual no sabe a qué institución pertenece, pues afirma que a sus 85 años de edad de repente su memoria le falla, además de no saber leer y escribir por lo que no recuerda de dónde son los papeles que le piden que firme para recibir ayuda.

En temporada de lluvias las cubetas en la casa de “las abuelitas” no alcanzan para contener las goteras del techo de láminas de cartón, pero en la pieza donde se ubica el dormitorio la situación es distinta explica doña Efraina, debido a que con la ayuda de varias gentes logró sustituir el techo de cartón por uno de lámina que es más resistente al agua. Es para lo único que asegura le alcanzó y que se pudo hacer en una vivienda por la que paga 300 pesos de renta al mes.

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