El Congreso del Estado de Michoacán experimentará nuevos movimientos en su conformación el próximo miércoles, a raíz de decisiones tomadas por dos legisladores que reflejan una dinámica cada vez más frecuente: el uso estratégico de las licencias legislativas como herramienta de reacomodo político.

Por un lado, Octavio Ocampo Córdova, diputado del Partido de la Revolución Democrática (PRD), regresará a su curul tras haber solicitado licencia sin goce de sueldo el pasado 18 de marzo. El legislador se separó de su encargo únicamente para contender por la reelección como presidente estatal del PRD, proceso que concluyó exitosamente el pasado 12 de abril. Su reincorporación forzará la salida de Helder Soto, quien apenas ocupó el escaño durante algunas semanas.
En paralelo, Víctor Manuel Manríquez González, legislador recientemente designado como coordinador estatal de Movimiento Ciudadano —también el 12 de abril—, presentó su licencia al Congreso para dedicarse de tiempo completo a su nueva responsabilidad partidista. En su lugar se integrará Antonio Carreño Sosa, quien hasta hace unas semanas encabezaba la dirigencia estatal del mismo partido, posición que ostentó por tres años consecutivos.
Estos relevos han vuelto a poner sobre la mesa los cuestionamientos respecto a la seriedad con la que algunos diputados asumen su papel legislativo. La reiterada solicitud de licencias, seguida de reincorporaciones rápidas, sugiere que el interés público queda relegado frente a estrategias personales o de partido.