Durante la sesión solemne por la Sanción del Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana, realizada este martes en Apatzingán, diputadas y diputados de Michoacán abandonaron el recinto en protesta por el asesinato de Bernardo Bravo Manríquez, presidente de la Asociación de Citricultores del Valle de Apatzingán (ACVA).

El acto protocolario, que inició poco después de las nueve de la mañana en la plaza principal de la ciudad, estuvo marcado por la tensión y el descontento de algunos legisladores ante el despliegue de seguridad y las restricciones impuestas al público.
Previo al arranque de la sesión, la diputada Sandra Olimpia Garibay expresó su inconformidad luego de que elementos de seguridad impidieran el acceso a ciudadanos que, pese a contar con invitación, fueron contenidos detrás de las vallas metálicas colocadas alrededor del evento.
“No es justo, los están reprimiendo con seguridad; no sé por parte de quién, me imagino que del gobierno del estado. No los dejan pasar y traen su código QR de invitados especiales. Están reprimiendo al pueblo de Apatzingán”, denunció la legisladora.
Durante el acto, la presidenta de la Mesa Directiva del Congreso del Estado, Giulianna Burgarini, solicitó un minuto de silencio en memoria de Bernardo Bravo. Sin embargo, minutos más tarde, Garibay exigió un minuto de aplausos en honor al líder citricultor y mostró cartulinas con mensajes en demanda de mayor seguridad para los productores y la población en general.
Tras tomar la palabra, la diputada decidió retirarse de la tribuna, acompañada por el legislador Carlos Tafolla, quien vestía completamente de negro y sostenía también una cartulina con el mensaje “Justicia para Bernardo Bravo”. A la protesta se sumaron las diputadas Belinda Hurtado, Vanesa Caratachea y María Itzé Camacho, así como el priísta Guillermo Valencia, quien salió del recinto en presencia del gobernador.
Vanesa Caratachea lamentó que solo se hubiera dedicado un minuto de silencio a Bravo Manríquez y exigió la comparecencia del secretario de Seguridad Pública estatal, Juan Carlos Oseguera, para que rinda cuentas sobre los hechos de violencia que afectan a la región.
Por su parte, Guillermo Valencia declaró que se unió a la manifestación como un acto de protesta frente a la indiferencia gubernamental. “Esta sesión no se debió llevar a cabo”, sentenció el legislador, al destacar que la muerte del líder limonero refleja la creciente inseguridad que aqueja al Valle de Apatzingán.
El homicidio de Bernardo Bravo, ocurrido días antes, ha generado indignación entre productores agrícolas y autoridades locales, quienes demandan mayor presencia de seguridad en la región, una de las más afectadas por la violencia en Michoacán.
