En un sondeo realizado entre habitantes de la región de Tierra Caliente del Balsas, la mayoría de las personas coincidió en que la cena de Año Nuevo estará marcada por los sabores tradicionales que distinguen a esta zona del país, reconocida por su gastronomía rica, contundente y profundamente arraigada a la identidad local.
De acuerdo con las opiniones recabadas, platillos como el aporreado, el frito de puerco, la barbacoa de chivo o de res, los distintos tipos de mole, las carnitas, el pozole y los tamales figuran entre las principales opciones que se prepararán para despedir el año y recibir el siguiente. Para muchas familias, estas recetas no solo representan un gusto culinario, sino una forma de preservar costumbres que se transmiten de generación en generación.
Algunas personas señalaron que, aunque conocen opciones más asociadas a celebraciones de fin de año en otras regiones del país, como el pollo horneado o el pavo, estos platillos son poco comunes en la zona y solo un número reducido de familias opta por ellos. En la mayoría de los casos, prevalece la preferencia por alimentos elaborados con ingredientes locales y técnicas tradicionales.
La consulta refleja que, más allá de modas gastronómicas o influencias externas, en Tierra Caliente del Balsas la cena de Año Nuevo sigue siendo un espacio donde la tradición culinaria ocupa un lugar central, reafirmando la identidad regional a través de sus sabores más emblemáticos.
