Detrás del fraccionamiento Villas del Pedregal fueron localizados vestigios arqueológicos, por lo que la empresa desarrolladora deberá detener temporalmente la construcción de viviendas para permitir el salvamento del material encontrado, informó Marco Antonio Rodríguez Espinoza, director del Centro INAH Michoacán.

El funcionario explicó que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) tiene la encomienda de conservar y proteger los sitios arqueológicos del estado, por lo que, antes de liberar el espacio para la continuación de las obras, se deberá elaborar un documento técnico que garantice la preservación del patrimonio hallado.
Rodríguez Espinoza detalló que los descubrimientos corresponden a tepalcates —fragmentos de cerámica— que aportan información valiosa para los arqueólogos, pues permiten determinar si en el sitio existieron estructuras o viviendas antiguas. Añadió que el área en revisión abarca aproximadamente 200 metros cuadrados y corresponde a la zona conocida como Malpaís.
“El rescate arqueológico en esta zona apenas se llevará a cabo; todo esto corresponde al área de Malpaís. En otros municipios también se han presentado casos similares, como en Coeneo, donde se localizó una estructura prehispánica que será incorporada al desarrollo urbano”, señaló el director del INAH Michoacán.
El funcionario recordó que en Morelia se tienen identificados 54 sitios arqueológicos que incluyen tumbas, viviendas y vestigios que evidencian la presencia de antiguos grupos sociales que habitaron la región antes de la Conquista. Entre los descubrimientos recientes destacan precisamente los localizados en el área detrás de Villas del Pedregal.
Actualmente, en Michoacán existen seis zonas arqueológicas abiertas al público, aunque se estima que en toda la entidad hay alrededor de 2 mil 200 sitios de este tipo distribuidos en distintos municipios.
Finalmente, Rodríguez Espinoza puntualizó que las piezas encontradas en Morelia se encuentran en proceso de análisis, y adelantó que los vestigios de los 54 sitios registrados en la capital michoacana podrían datar desde el año 650 antes de nuestra era hasta el periodo de la Conquista.
