Hace 25 años, quemaron un avión en el aeropuerto de Huetamo

Huetamo, Mich., Domingo 17 de Febrero de 1997.-Un avión bimotor DC3 de procedencia colombiana, que al parecer transportaba una importante carga de cocaína, fue descargado la madrugada del lunes pasado y posteriormente destruido con explosivos por sus tripulantes en la aeropista de Arroyo Hondo, ubicado a 10 kilómetros de esta población de Huetamo.

El presidente municipal de Huetamo, Santiago Macedo Benítez, acompañado por funcionarios de su gobierno, acudieron a la aeropista de Arroyo Hondo para verificar de los hechos ocurridos horas antes del amanecer y durante la noche del día anterior cuando un avión aterrizó y ya no pudo despegar, siendo quemado por los pilotos y personal de tierra, pero antes descargaron la misteriosa carga sin saberse su destino.

En el lugar se encontraron 25 tambos de 200 litros cada uno con turbosina, 3 mil 500 metros de cable, dos plantas portátiles de energía eléctrica, dos equipos de radiocomunicación destruidos, una motoconformadora y un montacargas, sin embargo, no se localizaron rastros de algún tipo de droga, solamente varias monedas de 50 pesos, cada una de la República de Colombia.

Se pudo saber que aproximadamente a las 02:00 horas del lunes pasado un avión sobrevolaba la pista área que se encuentra en reparación, y en la que finalmente aterrizó para reabastecerse de combustible para presumiblemente continuar su vuelo hacia el norte del país.

Sin embargo, como el avión bimotor es de grandes dimensiones y la pista se encuentra en reparación, la nave sufrió desperfectos en el tren de aterrizaje, lo que impidió levantar el vuelo nuevamente.

Por tal motivo, sus tripulantes y un grupo de narcotraficantes que iluminaron la pista y llevaron al lugar turbosina, procedieron a descargar la nave y enseguida provocaron una explosión que la destruyó por completo para retirarse del lugar en 14 vehículos automotores.

Así mismo, a unos 10 kilómetros de la aeropista, sobre la brecha que conduce a San Jerónimo, en el tramo conocido como Santa Rita, fueron abandonados 15 tambos de 200 litros cada uno llenos de turbosina. También sobre la carretera Huetamo-San Lucas, cerca del poblado de Purechucho, dejaron abandonada una pipa marca Chevrolet con capacidad para mil litros, con residuos de turbosina.

En esta unidad, modelo 1978, color negro y gris y con placas de circulación 690-03 del Servicio Público Federal se encontraron varios documentos a nombre de Diego Rojas Cervera, de Tijuana, Baja California.

A decir de algunos vecinos de la población de Arroyo Hondo, comunidad ubicada a 100 metros de la pista aérea en referencia, alrededor de las 02:00 horas escucharon que un avión sobrevolaba el lugar, así como el movimiento de varios vehículos y una máquina rastreadora (motoconformadora).

Luego de que la nave aterrizó, escucharon una gran movilización de personas y motores de autos, para finalmente a eso de las 03:30 horas salir sobresaltados de sus viviendas ante una fuerte explosión a la que siguieron otras de menor intensidad.

Los lugareños manifestaron que la pista se encontraba en reparación y que la tarde del domingo les extrañó que un grupo de personas llevaran hasta el lugar una motoconformadora y un montacargas. La primera máquina realizó durante la noche algunos trabajos de acondicionamiento de la pista.

El seguimiento del caso quedó en manos del Agente del Ministerio Público de la Federación con residencia en Zitácuaro, quien apoyado por agentes de la Policía Judicial Federal, realizarán las indagatorias a que haya lugar.

Sin embargo, las grandes dimensiones del avión y el mal estado de la pista -que es de terracería causaron serios y muy severos daños en el tren de aterrizaje, por lo que sus pilotos ya no pudieron despegarlo de nuevo, optando por bajar la carga y destruir la nave en un intento por borrar todo tipo de rastro que pudiera revelar su identidad.

La nave era un C-46 Fox, tipo Curtis Comando, al parecer modelo 1940, con una longitud de 27.7 metros, 32.92 metros de ancho -de ala a ala- 6.60 metros de altura, con una capacidad para trasportar 5 mil 262 kilos. Por otra parte, la matrícula que portaba el avión N42IV, es de las utilizadas por las aeronaves registradas en los Estados Unidos.

En primera instancia, las autoridades locales consideraban que el avión era de procedencia colombiana, cargado con cocaína, sin embargo, luego de las primeras investigaciones, cobra más fuerza la versión de que la nave procedía de Estados Unidos cargado con armas y cartuchos destinados a grupos guerrilleros del Estado de Guerrero.

Por otra parte, trascendió que un grupo de diez personas se hospedaron desde el miércoles 12 del presente año, en un hotel ubicado en la Tenencia de Purechucho, municipio de Huetamo. Tripulaban vehículos con placas para circular de los Estados de Baja California, Coahuila, Guerrero, mismos que no movieron desde su llegada y utilizaron los servicios de taxis para trasladarse a varios sitios, entre ellos la aeropista de Arroyo Hondo.

Luego de la llegada y destrucción de la aeronave, estas personas y sus unidades motrices desaparecieron con rumbo a Ciudad Altamirano, Guerrero y San Jerónimo, tenencia del municipio de Huetamo.

Personal de la Policía Judicial Federal de Michoacán y del Estado de Guerrero buscan a los presuntos traficantes y han implementado un fuerte operativo por esta región. Hasta el momento el despliegue policíaco y militar realizado en esta región no ha dado resultados con el paradero de la carga que transportaba el avión destruido en la pista de Arroyo Hondo.

Luego de la llegada el pasado lunes durante la madrugada. Aún se encuentran en este lugar los restos del avión, el montacargas y la motoconformadora utilizados por los presuntos traficantes para rehabilitar la pista y descargar la valiosa carga, así como los tambos de 200 litros con turbosina, mismos que son custodiados por elementos del Ejército Mexicano.

Las investigaciones sobre este hecho también van enfocadas a determinar alguna presunta responsabilidad en el personal destinado a vigilar la pista, ya que por espacio de 12 horas realizó movimientos de vehículos y gente armada en el lugar.

Dada la nula vigilancia, los presuntos traficantes tuvieron todo el tiempo, primero para rastrear la pista, emparejar la superficie, luego instalar su equipo de radiocomunicación, y enseguida tender mil 500 metros de cable para iluminar la pista.

Posteriormente, pasar la carga del avión a otros vehículos y enseguida destruir la aeronave, para retirarse del lugar sin ningún contratiempo.

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