Familias de trabajadores fallecidos de la UMSNH denuncian incumplimiento prolongado de pagos desde 2018

Familiares de trabajadores fallecidos de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH) denunciaron la falta de cumplimiento en el pago de prestaciones y seguros de vida reconocidos en la ley y en el contrato colectivo de trabajo, obligaciones que —afirman— han permanecido sin resolverse durante años.

Durante su pronunciamiento público, las y los afectados señalaron que, pese a contar con oficios de autorización y documentación emitida por la propia institución, la administración universitaria no ha liberado los recursos correspondientes a los derechos laborales adquiridos por quienes dedicaron décadas de servicio a la casa de estudios.

Explicaron que los conceptos reclamados —entre ellos seguro de vida y pago de marcha— están estipulados en el contrato colectivo, el cual fija plazos legales de 15 y 7 días, respectivamente, para ser cubiertos. Sin embargo, expusieron que algunos expedientes permanecen inmovilizados desde 2018, sin avances ni respuesta institucional.

Los familiares lamentaron que, tras múltiples trámites y solicitudes formales, la rectoría únicamente los canaliza con distintas áreas sin ofrecer fechas concretas de pago. Incluso, denunciaron que a algunos beneficiarios se les ha llegado a indicar que regresen “en dos años”. Añadieron que desde la Tesorería se les informó que la cuenta destinada a estos pagos se encuentra bloqueada por instrucción de la máxima autoridad universitaria.

A este escenario, sumaron un impacto emocional y económico: familias que permanecen en duelo, adultos mayores enfermos que dependen de estas prestaciones y casos donde los beneficiarios fallecieron sin poder cubrir tratamientos médicos. “Los recursos que reclamamos fueron generados por nuestros familiares; retenerlos es re-victimizarnos”, manifestaron.

Entre los testimonios, se mencionaron casos de docentes y trabajadores con trayectorias de décadas, así como fundadores de escuelas y programas universitarios, cuyos beneficiarios continúan a la espera de pagos ya autorizados. Cuestionaron que la actual administración universitaria busque deslindarse al atribuir la responsabilidad a rectorías anteriores, cuando —subrayaron— la obligación es institucional y tiene continuidad jurídica.

El grupo identificó hasta ahora 33 expedientes en trámite; no obstante, estiman que la cifra real podría superar las 150 personas, lo que equivaldría a una deuda aproximada de 130 millones de pesos. En promedio, cada familia debería recibir entre 300 mil y 500 mil pesos, dependiendo de la categoría laboral del trabajador fallecido.

Las familias exigieron a la rectoría, al Gobierno del Estado y a autoridades federales reconocer públicamente la deuda y establecer un calendario de pagos verificable. Asimismo, llamaron a la comunidad universitaria y a las organizaciones sindicales a no ignorar un problema que —advirtieron— podría dejar en vulnerabilidad a cualquier familia universitaria si no se soluciona.

Aclararon que no representan intereses partidistas y que su demanda es exclusivamente de justicia laboral. En su pronunciamiento, concluyeron que mantendrán su organización y acciones públicas hasta obtener una respuesta efectiva y no promesas pospuestas.

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