Por el Ing. Florencio Soto Pineda.
Esta parte del valle de los Uetamas, está llena de templos prehispánicos ya saqueados y destruidos por el avance de la mancha urbana. Estos se encuentran desde el poblado de Cútzeo que cuenta con muchos vestigios que están desapareciendo ante el embate de la modernidad y la mancha urbana imparable y voraz.
En la parte trasera del templo de Cútzeo se encuentran muchos vestigios de cimientos de una civilización purépecha que prosperó en este lugar, y no es raro que este templo se haya construido en lo que fue un santuario prehispánico mayor y con las piedras de las yácatas del pueblo purépecha. Los vestigios que aún se observan son mudos testigos de este sucumbir como lo muestran las fotos de Manuel Macedo que publicó en un medio electrónico y que comparto con el público.
La loma donde se encuentra un restaurante también pudo ser parte de la construcción de una pirámide. Las pirámides eran empleadas como adoratorios y líneas de comunicación, esto se puede probar, al subirse a un montículo se observa la cúspide de la otra y ésta pudo comunicarse con la de El Divisadero y de aquí a la de Shinagua, Piritícuaro y Chihuero, etc.
En Chihuero se encuentra una monumental pirámide, de la cual se aprecia todo el valle de los Uetamas, de Chihuero a Zacanguirete y a unos 400 metros de Chihuero a mano derecha por el camino rumbo a Puruato, se encuentran grandes vestigios de una civilización de gran población (Shinahua), este lugar ya casi no se ve, ha sido escarbado y destruido desde la época virreinal.
En La Parota por la carretera a Piritícuaro en la última casa en el patio se encuentra un templo ya achatado, pero se aprecia negándose a ser destruido, la mancha urbana lo está devorando.
En San Rafael en los terrenos de los Alvarez se encuentra una gran yácata de 10 metros, testigo de una civilización que pereció.
En Uspio en el lado norte se encuentran entre los potreros cimientos que son registros que allí habitaron purépechas antes de la llegada de los españoles.
En las cercanías de Cútzeo se encuentran muchos cimientos de la civilización purépecha, en Xanamu y Punsiquio, que son mudos testimonios de la grandeza de esa población, de los guerreros Huacusechas.