Poeta enfermo
Juan Miranda Alvarado.
Triste poeta, príncipe de la desdicha, tu cuerpo tiene dagas en el páncreas; ahora emerge de las sombras blancas y desencadena a los incrédulos para que escriban tu epitafio “aquí descansa, quien nunca descansó”, la muerte es un poema de mentiras añejadas; entonces, tu carne enferma será un incendio de alacranes, que abonara la hierba del cementerio.
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