Una persona que murió por una herida producida por un impacto de proyectil de arma de fuego a la altura de la frente y otra en la mano derecha causada por un arma blanca, fue reconocido por su cónyuge, que en vida respondió al nombre de Florencio García Aguilar, de 55 años de edad, originario de Huetamo y vecino de la ciudad Zitácuaro.
El finado fue encontrado muerto en la esquina que forman las calles de Lerdo de Tejada y Benedicto López, de Zitácuaro, la tarde del lunes anterior, quien no fue identificado, cuyo cuerpo se encontraba atado de los pies, cubierto de los ojos con cinta color canela.
Así mismo, en la mano derecha le faltaba el dedo índice, mismo que se le encontró en el interior de la boca y vestía pantalón de vestir color negro y calcetín deportivo color blanco.
En el lugar se localizó una manta de color azul con una leyenda, así como una ojiva, sin especificarse el calibre, el cadáver fue trasladado al SEMEFO, donde le fue practicada la necropsia de ley, integrándose la averiguación previa penal número 126/2010-IV.
Posteriormente, su cónyuge se trasladó a Zitácuaro para reconocer el cuerpo de su esposo, quien agregó que el ahora occiso era de oficio plomero y electricista y el día viernes siete de mayo del año en curso alrededor de las 18:30 horas, fue por sus hijas a la escuela y las llevó a su domicilio, y sin entrar las pasó a la vivienda, para enseguida retirarse.
A partir de esa fecha, continuó narrando la viuda, su esposo no regresó, pero no le cayó de raro, pues cuando ingería bebidas embriagantes solía faltar por días.
Por lo que fue hasta el pasado martes cuando escuchó a un carro de sonido que voceaba la noticia de que en el SEMEFO se encontraba una persona fallecida no identificada, por lo que primeramente trató de localizar a su esposo en barandilla de la policía municipal, posteriormente en varios hospitales y la Cruz Roja y al último pasó al SEMEFO, donde reconoció el cadáver como el de su esposo.
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