Estudiantes demuestran que “querer es poder”

Cuando tenía 8 años, José Ortiz, le prometió a su madre que se convertiría en un hombre de provecho. La muerte a manos de su esposo Ofelio Ortiz, le negó a Tolentina Carranza, la oportunidad de ver a su hijo triunfar, pero la promesa de José no murió.

Una década después de ver cómo su madre moría desangrada mientras su padre se daba a la fuga, José se graduará el sábado con la distinción de ser el salutatorian, o el segundo mejor estudiante de su clase en la preparatoria Sunset de Oak Cliff.

Uno está pequeño y dice cosas, pero le aseguré a mi mamá que la iba a sacar de la pobreza, que le conseguiría la casa más grande y bonita del barrio, recuerda José. “Ella me sonrió y me dijo que le echara ganas”.

José emigró de su natal Tiquicheo, Michoacán, hace 6 años con sus dos hermanos menores y llegó a Dallas a vivir primero con una de sus tías y luego con una hermana mayor. Entró a estudiar a la primaria Rosemont sin saber una palabra de inglés, impedimento que provocó burlas de parte de sus compañeros. Se burlaban de mi apariencia y me decían que no era de este planeta, dice el estudiante. “Pero en seis meses aprendí el idioma y seguí hacia delante”.

La dedicación y el esfuerzo de Ortiz le valieron becas que le cubrirán todos los costos de matrícula en la Universidad de Texas en Austin, donde planea estudiar arquitectura a partir de agosto.

Sin embargo, la muerte nunca se alejó de Ortiz. En el 2006, su abuela materna Ernestina Chávez, fue asesinada en México, y en agosto del año pasado, perdió a uno de sus primos más cercanos en Atlanta. Mi abuela siempre estaba pendiente de nosotros. Fue algo muy difícil, me traumaticé. Tomo todo esto como un reto que Dios pone en mi camino. No es culpa de nadie. El pasado es el pasado y hay que seguir adelante.

Cathy Garrett, maestra de inglés avanzado en Sunset, tuvo a José entre sus alumnos el año pasado, y dice que le sorprendió la madurez y dedicación del joven ante las adversidades. Nunca permitió que sus malas experiencias fueran una excusa para no cumplir con sus responsabilidades, dijo Garrett. Siempre hacía lo posible por mejorar, por aprender más.

Garrett dice que el ejemplo de Ortiz es muy importante en un distrito escolar con un alto porcentaje de estudiantes en riesgo y cuya tasa de deserción estudiantil fue del 25.8% en 2006-07, según datos de la Agencia de Educación de Texas.

El mal desempeño académico ha puesto a algunos planteles del DISD en riesgo de ser clausurados, como fue el caso el año pasado de la preparatoria W. W. Samuell, de Pleasant Grove. Sin embargo, con nuevo director y nuevos bríos.

Al igual que Ortiz, la alumna emigró de México a Estados Unidos sin dominar el inglés, por lo que comenzó a tomar tutorías antes y después de clases para poder estar al mismo nivel que sus compañeros.

José Ortiz, asegura que compartirá las lecciones de su vida para demostrar que incluso las mayores dificultades pueden ser superadas con esfuerzo y dedicación. Y aunque todavía no haya terminado de definir su discurso de graduación, Ortiz, también tiene claro el mensaje para sus compañeros.

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