24 de Junio, el mero día de San Juan 2010 en Huetamo

Las celebraciones religiosas que con motivo del día de San Juan Bautista se llevaron a cabo en la iglesia parroquial de esta ciudad, este jueves 24 de junio y por la tarde la romería familiar hasta el parque La Alameda para convivir en un ambiente de sano esparcimiento, fueron las características en esta fecha conmemorativa anual para todos los huetamenses y en particular para los de esta ciudad de Huetamo.

Altar improvisado a un costado de la iglesia parroquial en el atrio, donde se efectuaron los principales actos religiosos para dar cabida a la feligresía y librarla de calor del interior de la iglesia.
Altar improvisado a un costado de la iglesia parroquial en el atrio, donde se efectuaron los principales actos religiosos para dar cabida a la feligresía y librarla de calor del interior de la iglesia.

También fue característico ver a muchas personas portar una prenda de vestir color rojo entre hombres y mujeres, que al caminar por las calles de esta ciudad causaba notoriedad su presencia al portar una camisa, playera, blusa, mascada o paliacate en el cuello de color rojo.

Tanto en la iglesia parroquial como en el parque La Alameda, fue significativo por su trascendencia la poca asistencia de los habitantes de esta ciudad, en esos dos lugares, comparándola con años anteriores, lo que hace suponer que las tradiciones religiosas y paganas en esa fecha se está disminuyendo paulatinamente entre los habitantes, tales como el saborear el famoso y tradicional atole de pinole que se hacía en la loma de la Santa Cruz, después de asistir a los actos religiosos, como sucedía en años no muy lejanos el “mero día de San Juan”.

La tarde del 24 de junio en el parque La Alameda.
La tarde del 24 de junio en el parque La Alameda.

Hoy la modernidad, la rapidez del vivir de cada persona han hecho que estas dos tradiciones en el “mero día de San Juan” se estén alejando del interés de los habitantes de esta ciudad y sean ya muy pocas familias las que aún acuden a la iglesia o a La Alameda. La vida cambia, se transforma, sólo en Cerro de Dolores sigue igual.

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